El Incendio de la selva amazónica ha puesto sensible el tema ambiental, sobre el particular creo que es imprescindible mencionar que este tema más allá de ser politizado y de pretender que sectores progresistas hagan ganancia de pescadores, es un tema que concierne a la humanidad, y antes que dividir debe unir, el tema ambiental está por encima de ideologías y concepciones políticas. Por ello es importante preocuparse por nuestro entorno más cercano, la ciudad. Las ciudades crecen al mismo tiempo que lo hacen los problemas provocados por el ruido, la contaminación, desertización o el impacto del cambio climático. En el siglo pasado se soñaba con el ideal de ciudad jardín, que proponía una unión entre lo urbano y lo rural. Pero las grandes urbes han crecido de forma desmesurada, tienen altas densidades de población y pocos espacios naturales. Además, deben hacer frente a nuevos problemas como el tráfico, la energía o la escasez de agua. Por eso, el concepto ciudad jardín ya no es realista y las ciudades deben reinventarse para ser un poco más verdes y sostenibles. Tapiola es el sueño de una ciudad jardín integrada en la naturaleza. A ocho kilómetros de Helsinki, esta ciudad finesa de 41.000 habitantes se concibió en 1953 siguiendo el ideal de ciudad jardín de principios del siglo XX. Está formada por varias secciones residenciales separadas por cinturones verdes. Cada una de ellas se organiza en varios poblados que se agrupan alrededor de un centro comercial y de servicios, del que parten caminos y parques que conducen a los diferentes poblados. En medio de estas secciones se sitúa otra área, la “City”, donde se reúnen edificios institucionales, despachos y comercios. Las fábricas e industrias se encuentran en otra área específica rodeada de vegetación con el fin de reducir el ruido y la contaminación, pero lo bastante cerca como para poder llegar a ellas andando. Sin embargo, Tapiola está muy lejos de la realidad que se ha impuesto en las grandes urbes del planeta, basada en una urbanización ciega con mejor o peor fortuna. Hacia Una Sostenibilidad urbana La mitad de la población del planeta, 3.200 millones de personas, vive en ciudades. Parte de esta ciudadanía, en especial en los países ricos, busca un modo de vida más cercano a la naturaleza en urbanizaciones de chalets y adosados. Pero no es una opción mejor: según todos los expertos, son ecológicamente insostenibles por su consumo exagerado de suelo por persona, su gasto energético alto y la dependencia exclusiva del transporte en automóviles particulares.
Otro de los grandes problemas que azotan las ciudades tiene que ver con su gran dependencia del exterior en cuanto a recursos y su gran capacidad de generar residuos. Se ha calculado que en una ciudad de un millón de personas en el mundo occidental entran cada día 2.000 toneladas de alimento, 625.000 de agua y 9.500 de combustible. Los residuos no son menores: 500.000 toneladas de aguas residuales, 950 toneladas de contaminación aérea y 9.500 de residuos. El camino hacia una ciudad verde pasa por mejorar en seis áreas interrelacionadas: agua, residuos, alimentos, energía, transporte y uso del territorio. El informe “Reinventando las ciudades para las personas y el planeta” del Worldwatch Institute aborda algunas ideas para mejorar la gestión de esas áreas. Entre ellas destacan las siguientes: Transporte y Territorio. Un ejemplo de planificación integrada es la ciudad de Curitiba (Brasil). En 1970, la ciudad estableció varias carreteras principales que transcurrían desde el centro hasta la periferia para que fueran las principales vías de circulación, y las zonas intermedias quedaron como zonas peatonales. En Curitiba una de cada tres personas tiene coche, pero los dos tercios de los trayectos se hacen en transporte público. Desde 1974, el tráfico descendió un 30%. El agua y zonas verdes.-Conservar los cauces y riberas de ríos preservan mejor la disponibilidad de agua y reduce el riesgo de sufrir inundaciones. Si se mantienen como entorno natural (sin cubrir de cemento, ni urbanizar, conservando la vegetación natural) se puede facilitar a la población un parque natural y un refugio para la biodiversidad de la zona. Otro problema derivado de la población creciente es la necesidad de construir nuevas depuradoras para aguas residuales. Una forma de preservar espacios verdes y dar, además, una respuesta al tratamiento de aguas residuales es el uso de humedales. Aunque ocupan más terreno que las plantas habituales, son más económicos, evita la producción de fangos y proveen una zona verde. Más autonomía en alimentos y energía.- El interés creciente de la población por la producción orgánica puede verse satisfecha con la preservación de granjas cercanas a la ciudad. La agricultura comunitaria, que se inició en Japón, Suiza y Alemania, supone que los consumidores pagan a los agricultores una tasa a cambio de una caja de vegetales cada semana. También se puede cultivar dentro de la ciudad, aprovechando patios, jardines de los mercados o solares. Es la idea de los huertos urbanos. Más autonomía energética se puede conseguir a través de sistemas descentralizados y variados de energía, como los paneles solares o plantas con bombas de calor geotérmico que bombean el calor del suelo al edificio y del edificio al suelo cuando hace calor. Por otro lado, gran cantidad de la energía producida se escapa de los edificios. Los espacios verdes alrededor de los edificios ayudan a mantener el calor y el frescor, lo que supone un ahorro de energía. (fuente eroski consumer)