Prefecto regional señala que hay cierta “majadería”
Desde que el presidente Martín Vizcarra emitió directivas para el traslado humanitario de personas varadas dentro del país, el Gobierno Regional del Cusco logró traer a más de 2,500 de ellos que estaban varados en distintas ciudades, entre ellos Lima. Incluso algunos de ellos ya habían emprendido una caminata debido a que perdieron sus empleos por el cierre de muchos negocios a raíz de la pandemia del coronavirus COVID-19.
El gobernador regional Jean Paul Benavente había manifestado que hay más de 15 mil cusqueños empadronados que quieren regresar a la región, de los cuales se ha seleccionado a los que corresponden al grupo de personas en alto estado de vulnerabilidad. Muchos de ellos ya están cumpliendo la cuarentena o el aislamiento social en hoteles o algunos espacios que se han adecuado. Es preciso señalar que incluso algunas empresas privadas apoyaron en esta medida y dieron alcance a los ciudadanos que venían a pie.
MAJADERÍA.
Sin embargo, superado el problema del traslado de una parte de la población, en la ciudad imperial surgieron otros problemas: muchos de ellos pretendían irse a sus casas e incluso a inicios de la semana pasada un grupo de ellos realizaron desórdenes en las instalaciones del I.S.T. Túpac Amaru del distrito de San Sebastián donde están alojados más de 300 personas.
Los vecinos que viven en alrededores de los locales donde están alojados dichos ciudadanos también mostraron su malestar, como en el caso del Estadio Garcilaso o en los hoteles, pues consideran que muchos incumplen con las disposiciones y ponen en peligro la salud de las personas que viven en esos sectores.
Al respecto el prefecto regional, Julio Hancco fue claro y manifestó que hay una especie de “majadería” por parte de dichos ciudadanos, pues recordó que ellos antes de abordar los vehículos para el traslado o los aviones firmaron una declaración jurada donde se comprometían a cumplir con la cuarentena. El representante del Gobierno reconoce que puede haber algunas deficiencias en su atención, sin embargo precisó que tanto la región y las autoridades locales hacen lo necesario para tenerlos en una situación apropiada. “Antes de abordar (el avión o los vehículos) han firmado una declaración jurada. Tienen que cumplir estrictamente con los 14 días de cuarentena, pero llegan (a Cusco) y cambian de opinión y quieren irse a sus casas; se quejan de todo, de los alimentos”, refirió muy molesto la autoridad.
Hancco manifestó que de haber desmanes u otro tipo de acciones, como fugas, instituciones como el Ministerio Público y el Poder Judicial tendrán que actuar y sancionarlos.
SUSPENDIDO.
En la reunión del Consejo de Coordinación Regional que se desarrolló la semana pasada con la presencia del gobernador regional, las autoridades, sobre todo locales, manifestaron su postura y pidieron que se suspenda las vuelos humanitarios. Días después el GORE comunicó a la población que, “hasta que el Comando COVID Regional no diseñe los procedimientos y designe al equipo responsable del proceso de identificación de empresas que puedan prestar el servicio de traslado pagado, suspende toda acción relacionada al movimiento de personas, ya sea por medios aéreos o terrestre que involucre algún requerimiento de pago”.
Se supo además que el ejecutivo regional ha enviado una propuesta al Consejo Regional del Cusco para que apruebe los lineamientos generales para este proceso.
