Supuesta ‘digitadora fantasma’ facturó 24 mil soles.
La corrupción en el sector regional de salud ha sido objeto de escrutinio y polémica en las últimas semanas, tras la revelación de diversos casos que han sacado a la luz una serie de irregularidades que han perdurado durante años. Estos casos han generado un profundo malestar en la población y han dejado al descubierto una red de mafias que presuntamente operan en las unidades ejecutoras de Geresa, buscando beneficios personales y políticos a costa del bienestar de la colectividad. El conflicto entre el gerente regional de Salud, Abel Paucarmayta, y la exdirigente de Fenutsa, Rosa Montesinos, ha sido un detonante importante para la aparición del abanico de denuncias. Ambos se han acusado mutuamente de actos de corrupción y malversación, lo que ha revelado la existencia de prácticas ilícitas que han perjudicado gravemente la calidad de los servicios de salud en la región. La gravedad de estos hechos ha generado una creciente indignación en la opinión pública. La sociedad exige respuestas y acciones contundentes para erradicar la corrupción y restablecer la confianza en las instituciones encargadas de proteger la salud de los ciudadanos. En este contexto, está última semana se hizo público una nueva denuncia por presuntas irregularidades que comprometerían a la ciudadana identificada como Beatríz Acuña. La acusación contra la mujer es por facturar en el 2022 y 2023 un total de 24 mil soles por servicios de digitadora en Andahuaylillas, sin haber prestado en realidad esos servicios. Además, se ha señalado que Beatríz Acuña estaría vinculada a la exdirectora de la Unidad de Seguros, Blanca Nuñez, quien ocupó el cargo durante más de una década, hasta el último 15 de junio.
Esta revelación resalta la necesidad de investigar a fondo la existencia de posibles redes de complicidades que han permitido el enriquecimiento ilícito y el tráfico de influencias en el sector salud.
Es preocupante que estas prácticas corruptas hayan sido ocultadas durante tanto tiempo y que solo se hayan conocido tras un conflicto interno entre dos figuras del sector. Esto evidencia la falta de transparencia y rendición de cuentas que ha caracterizado a la gestión de la salud en la región.
Al respecto, el exrepresentante de la Fenutsa Cusco, Antonio Maquera, señaló que lo más conveniente en estos momentos es que el titular de la Geresa, dé un paso al costado, mientras duran las investigaciones.
“Hay denuncias de tráfico de influencias, y por lo tanto esos (casos) deben investigarse. Mientras tanto, el gerente regional debe dar un paso al costado”, dijo. Las autoridades competentes deben tomar cartas en el asunto de manera inmediata y llevar a cabo investigaciones exhaustivas para esclarecer todos los casos de corrupción denunciados. Asimismo, es fundamental implementar mecanismos de control y supervisión más rigurosos que eviten futuros actos ilícitos en el sector de salud regional. La sociedad civil también tiene un papel crucial en este proceso, exigiendo que se respeten los principios de honestidad, transparencia y eficiencia en el manejo de los recursos destinados a la salud. La participación activa de la ciudadanía puede contribuir a crear una cultura de integridad y responsabilidad en el sector público. En conclusión, la corrupción en el sector regional de salud ha salido a la luz con la revelación de múltiples casos que han afectado gravemente la calidad de los servicios y la confianza de la población. El conflicto de intereses entre Abel Paucarmayta y Rosa Montesinos ha sido un catalizador importante para visibilizar estas irregularidades. Por ello, es fundamental que se realicen investigaciones exhaustivas y se implementen medidas efectivas para erradicar la corrupción y garantizar el acceso a una atención médica digna y transparente para todos los ciudadanos. Solo así podremos construir un sistema de salud sólido y confiable en beneficio de toda la comunidad y limpiar la imagen de este sector.
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