Llakikuy y el gato de Schrödinger

Llakikuy en quechua es tristeza, pero también preocupación y angustia, es posible incluir ansiedad en esta misma categoría y tal vez la define mejor que el castellano donde esta última palabra se presta a la ambigüedad y confunde. Quienes nunca han sentido los síntomas de la ansiedad, ese desorden del sistema nervioso que es distinto por su intensidad al estado natural de alerta, no llegan a entender de qué se trata por ejemplo. Y el gato de Schrödinger se refiere a un experimento teórico propuesto por un físico, para entender la diferencia de las leyes que gobiernan el plano de lo infinitamente pequeño, donde las partículas subatómicas hacen cosas materialmente imposibles a escala mayor, como estar en dos sitios a la vez. Suena a cosa imposible, como mantener condiciones antagónicas en un mismo espacio, o como estar alegre y triste a la vez. En el experimento a imaginar propuesto por Schrödinger se encierra a un gato dentro de una caja, y se instala un mecanismo que mata al gato si es que se le activa, el detonante es el paso de una partícula subatómica, que puede también seguir otro curso y en ese caso el gato queda a salvo. Sucede que los físicos experimentales descubrieron en sus ensayos que estas partículas dejan una huella doble al atravesar un campo de medición, es decir pueden estar en dos lugares simultáneamente. Así, en la caja el gato está vivo y muerto al mismo tiempo. Su condición final depende del punto de vista del observador, es necesario abrir la caja. Estos días pasa algo igual con el futuro inmediato del país, éste se encuentra atrapado en una suerte de encrucijada similar al gato del ejemplo, y las próximas elecciones son como el mecanismo que puede como no dar principio, ser el quiebre hacia una nueva etapa histórica, de buen gobierno, o muy por el contrario mantener un sistema político, y un modelo económico que parecieran anquilosados en el tiempo. Y por mientras, mientras no se abra la caja, se vote y se elijan nuevos representantes en el congreso tenemos un país a la vez renovado así como totalmente arruinado. Y eso causa preocupación, y angustia, he oído bromear a algunos alumnos sobre la candidatura de personajes de televisión, artistas de farándula cuyas postulaciones causan risa por el descaro, por lo evidente de su naturaleza desproporcionada, un candidato que habla de extraterrestres podría ser el próximo presidente del país. Pero también suceden cosas positivas, hace unos días se graduó la acomaina Roxana Quispe Collantes, como doctora en Literatura Peruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con una tesis elaborada y disertada en quechua, titulada ‘Yawar Para, Kilku Warak’aq, Andrés Alencastre Gutiérrezpa harawin pachapi, Qosqomanta runasimipi harawi t’ikrachisqa, ch’ullanchasqa kayninpi’. Lo cual muestra la vitalidad del runasimi y es un hito histórico, por ser la primera vez que sucede desde que fuera fundada en el siglo XVI. Así hay motivos para andar seriamente preocupados y también muy esperanzados, puede sonar contradictorio, como estar triste y alegre a la vez. Cosa que sucede, pongo un ejemplo personal una terrible angustia se apodera de mi cuando estoy lejos de mi hija mayor, me preocupo y entristezco, al mismo tiempo siento infinita dicha al tener en brazos a mi hija pequeña, y no es que se trate de un corazón partido en dos hemisferios, sino de la totalidad del músculo latiendo en dos dimensiones simultáneas. Mientras escribo estas líneas, se puede decir que estoy también al otro lado de la ciudad junto a mi hija mayor, contando uno a uno su cabello multicolor, contándole la historia del gato y la caja. Al verlas sé que el país aprovechará la chance, que las bromas sobre candidatos que hablan de anunakis y marcianos son solo bromas, y que al abrir la caja pesarán más las ganas de una reforma. La angustia entonces desaparece, y sólo queda la buena onda.

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