Hace 13 años no culminan los trabajos de la obra en Cusco.
El estadio Inca Garcilaso de la Vega, ubicado en el distrito de Wanchaq, se convirtió en un símbolo de promesas incumplidas y gestiones cuestionables. Aunque el director ejecutivo del Plan Copesco Cusco, Germán Mendoza, aseguró ante el Consejo Regional que la obra será culminada este 2025, los reportes del Ministerio de Economía y Finanzas revelan una realidad contradictoria: el proyecto está oficialmente paralizado desde el 1 de enero del 2025.
Germán Mendoza sostuvo que solo faltan dos escalinatas por construir para dar por finalizado el “Mejoramiento del Estadio Inca Garcilaso”, iniciado en 2012. Según informó al pleno del Consejo Regional del Cusco, tras estos últimos trabajos, se procederá a la liquidación del proyecto y a su transferencia al área usuaria, un paso crucial para garantizar el mantenimiento de un recinto que alberga a tres equipos de la Liga 1: Cienciano, Cusco FC y Deportivo Garcilaso.
Sin embargo, el MEF evidencia un estancamiento: el avance físico de la obra se encuentra en 98.1%, con una inversión de 91 millones 540 mil soles ejecutados, pero el acta de paralización firmada el 31 de diciembre de 2024 confirma que los trabajos están detenidos. Además, el presupuesto asignado para 2025 de 200 mil 868 soles es considerado “insuficiente” por el Plan Copesco para reactivar y culminar el proyecto.
¿UNA OBRA ETERNA?
Actualmente el estadio muestra una considerable falta de atención, antiguamente el viejo estadio Garcilaso albergaba a las distintas ligas amateurs del Cusco, la liga de Vóley, la liga de boxeo en donde además existía un ring de box, actualmente están ocupadas por oficinas del Gobierno Regional, camerinos que a simple vista, solo se ven deteriorados, algunos casilleros rotos y otros tanto llenos me hongos los cuales dan un mal aspecto a todas las delegaciones que visitan semana tras semana la ciudad imperial.
Otro punto preocupante son las filtraciones de agua dentro del túnel de acceso al campo deportivo, empozamiento de agua pluviales que solo ponen en riesgo a los miles de hinchas, quienes semana tras semana, llenan las graderías del coloso de Wanchaq, además de un ascensor que no funciona desde hace varios años atrás.
En el expediente técnico también se incluyo un moderno sistema de videovigilancia, solo pudimos evidenciar que existe una cámara de vigilancia que se encuentra en la tribuna de occidente. Los cuadros de fútbol profesional, así como la productora encargada de la transmisión oficial de los encuentros de fútbol fueron víctimas de robos de sus equipos dentro del mismo recinto, pero las diversas administraciones del estadio Garcilaso, nunca dieron explicación alguna sobre estos hechos.
El ambicioso proyecto, lanzado en 2012 por el entonces gobernador Jorge Acurio Tito, prometía transformar el estadio en un complejo moderno con capacidad para 44 mil espectadores, estacionamiento subterráneo, salas de exhibición, plazas de socialización y un techo integral. Doce años después, la realidad dista de aquella visión: ni el estacionamiento ni el techo completo se materializaron, y la capacidad se redujo a 42 mil butacas.
La falta de transparencia en el manejo de fondos y los constantes retrasos han generado desconfianza. El proyecto, inicialmente planeado para durar tres años, acumula múltiples modificaciones, ampliaciones presupuestales y cambios de autoridades, sin que ninguna logre cerrar el capítulo de la “obra eterna”.
La pregunta que queda es si, esta vez se cumplirá la promesa o si el estadio seguirá sumando años y soles a su interminable reconstrucción.
El Estadio Inca Garcilaso de la Vega es una de las obras que evidencia la incompetencia y la corrupción a la que puede llegar la administración regional, pero también significa la incapacidad para culminar un proyecto que ya tiene 13 años.