AUMENTA POBREZA EN CUSCO Y EL PERÚ

El 21.5 % de cusqueños vive con menos de S/ 415 al mes

El gasto por habitante en las familias peruanas aumentó de 378 soles a 415 soles por mes (112 dólares), que equi­vale a un 9,7% en relación al 2021. El estudio estableció que aquellos ciu­dadanos cuyo consumo es mayor que 415 soles mensuales (112 dólares) son considerados “no pobres”. No obstan­te, a fines de 2022 por lo menos nueve millones de peruanos (de 34 millones de población) podían ser considerados pobres, registrándose un aumento de 628.000 en comparación al 2021. Son 2.694.000 más respecto al 2019, el año anterior a la pandemia.

La pobreza monetaria va en aumento. Un informe elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) ha confirmado que en 2022 se ha resentido la capacidad de gasto de los hogares peruanos: subió del 25,9% a 27,5% el nivel de gasto per cápita, insuficiente para adquirir una canasta básica de alimentos y otros productos.

La pobreza monetaria afectó al 41,1% de la población rural y al 24,1% de quienes viven en la urbe, producién­dose aumentos de 1,4% y 1,8% pun­tos, respectivamente. Si se establece el paralelo con el 2019, la incidencia de pobreza en la ciudad creció 9,5 porcentuales y en el campo apenas un 0,3%. Las regiones en alerta roja, aquellas cuyo nivel de pobreza supera el 40%, pertenecen a la sierra, eviden­ciándose un problema de centralismo y desigualdad histórico: Cajamarca, Huánuco, Puno, Ayacucho y Pasco. Un escalón abajo, con un nivel de po­breza entre 30% y 40%, se ubican Cus­co, Loreto, Huancavelica, la Provincia Constitucional del Callao y Piura. Pre­sentan niveles de pobreza entre 20% y 30%, La Libertad, Amazonas, Lima Metropolitana, San Martín, Tumbes, Apurímac, Tacna, Lima Provincias, Ucayali, Cusco, Junín y Áncash. En cambio, se reportó menor incidencia de pobreza en Ica, Moquegua, Madre de Dios, Arequipa y Lambayeque.

“en el 2022, la pobreza extrema al­canzó al 5% de la población del país (1.673.000 peruanos) y aumentó un 0.9% respecto al año 2021; mientras que, al compararla con el año 2019, fue mayor en 2.1 puntos porcentuales”. En el caso de la pobreza extrema, la medi­ción del gasto mensual por habitante en 2022 fue de 226 soles (61 dólares).

En el caso de Cusco se evidencia un crecimiento de la pobreza en un por­centaje de 1.3 %. El aumento es del 2021 al 2022 y significa que casi 2 mil personas pasaron al estado de pobres que viven con menos de 415 soles al mes. Las provincias cusqueñas de Pau­cartambo y Paruro continúan siendo las más vulnerables. Incluso en un úl­timo reporte del Inei, se confirma que el nivel de desnutrición en Cusco, llega al 12.2 % en los niños menores de 5 años.

LA IMPORTANCIA DEL CRECIMIENTO

En los últimos 20 años, el Perú ex­perimentó el periodo de crecimiento más rápido de su historia. Entre el 2000 y el 2019, nuestro PBI creció a un ritmo de 4,5% anual, el más alto de toda la región. Durante esos 19 años, la economía se expandió tanto como en los 36 años previos (1964-2000). Dicho crecimiento fue clave para la drástica reducción de la pobreza. Mientras que en el 2004 había nue­ve regiones con una tasa de pobreza superior al 70%, en el 2019 ninguna región tenía una tasa mayor a 40%. Según un estudio de Nikita Céspedes, el avance económico explicó casi dos tercios o más de la caída de la pobreza en todas las regiones. Los principales canales a través de los cuales el cre­cimiento impactó en la pobreza son las mejores oportunidades de empleo y el mayor acceso a servicios básicos. Las regiones que presentaron un alto crecimiento de los ingresos laborales redujeron su tasa de pobreza en 40 puntos porcentuales (pp.) en prome­dio entre el 2004 y el 2021. En con­traste, en las regiones cuyos ingresos no aumentaron tanto, la pobreza solo se redujo en 15 pp.

Para revertir los choques negativos que vienen experimentando las fami­lias en los últimos tres años es necesa­rio un mayor crecimiento. Sin embar­go, el bajo crecimiento esperado para el 2023 (1,9% según el IPE) limitará esta recuperación. Si el Perú se estanca en tasas de crecimiento similares, to­maría casi 20 años retornar al nivel de pobreza prepandemia (20%). Impul­sar la economía requerirá, por un lado, reactivar la inversión privada. Para ello, hace falta recuperar la confianza empresarial y reducir las trabas exis­tentes que retrasan importantes pro­yectos de inversión. A la fecha, más de US$ 12.000 millones en inversiones de ocho proyectos mineros tienen al menos una década de retraso en el ini­cio de sus operaciones.

Información del Instituto Peruano de Economía y del Instituto Nacional de Estadística e Informática.

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