QUIERE COGOBERNAR JUNTO CON WERNER SALCEDO

Vicegobernadora Noely Loaiza hace pública mala relación con Werner Salcedo.

Hace más de 3 meses, el gobernador regional de Cusco, Werner Salcedo, afrontaba un proceso de vacancia ante el Consejo Regional; durante esos días, la vicegobernadora, Noely Loaiza Livano respondía las pre­guntas de los periodistas y aseguraba estar preparada para asumir el cargo de Salcedo, si este era vacado. Su sin­ceridad y autoestima se convirtieron en un tremendo error, pues Salcedo y sus incondicionales, tomaron a mal sus palabras. Sintieron una puñalada de traición y hasta especularon que Noely Loaiza era parte del ‘complot vacador’. Werner Salcedo le ‘puso la cruz’ y ahora, no toma en conside­ración las propuestas de la abogada. “Muchas veces me he sentido rele­gada, tengo que ser clara. Esto ha nacido a raíz de una entrevista mía hace unos meses atrás donde yo dije que estoy preparada (para asumir el cargo de gobernadora) pero no era en un afán de rompimiento de relaciones con el gobernador, sino, simplemente con el afán de decir que como mu­jer y como profesional, y por toda la confianza que el pueblo me ha dado, estoy preparada para cualquier desa­fío”, señaló la actual vicegobernadora, Noely Loaiza, luego de salir de una actividad en el que se hablaba del ‘empoderamiento’ de las mujeres.

La exigencia de Loaiza es clara, ade­más de cándida pues pretende “cogo­bernar” con Salcedo. En sus palabras se distingue una especie de exigencia y al mismo tiempo de inmadurez po­lítica, pues pretende que Salcedo le otorgue poder, sin ningún motivo. “El gobernador no se dirige a mí (en las ceremonias oficiales), muchas veces no se me participa de las reuniones y cuando yo doy alguna opinión no son tomas en cuenta. Entonces, de qué manera podemos cogobernar con­juntamente con el titular del pliego, quien es principalmente quien toma las decisiones”, dijo Loaiza, quien nunca habría escuchado la frase de Paul-Michel Foucault, filósofo, psi­cólogo e historiador francés del siglo XX. “el poder no se posee ni se com­parte: se ejerce”.

HISTORIA REPETIDA

Este desencuentro entre el titular del Gobierno Regional de Cusco y su vicegobernador es historia repetida. El caso más recordado es el de Rene Concha, vicegobernador de Jorge Acurio, quien no se explicaba sobre las constantes críticas del docente universitario a la gestión que el mismo pertenecía. Con el tiempo se hizo evi­dente que Concha había sido parte de un contubernio para vacar a Acurio. Lo que parecía una simple diferencia al interior de la gestión nacionalista se convirtió en una verdadera pesadilla para el Cusco, pues Acurio fue vaca­do y Concha que se presentaba como el salvador de aquella administración, terminó destrozando lo avanzado y con denuncias graves de corrupción. El remedio terminó siendo, mucho peor que la enfermedad.

Otro de los casos más sonados fue el que protagonizaron Jean Paul Benavente y su vicegobernadora De­lia Condo Salas, pues ella sentía que debía tener más poder al ser militan­te de antigüedad en Acción Popular, mientras que Benavente era reciente en el partido de la lampa, agrupación con la que habían llegado al poder. Condo tenía el apoyo del partido que exigía cuotas de poder en las ge­rencias. Benavente prefería designar gente de su confianza personal. Hasta que un día, la mujer decidió encarar al gobernador y acompañada con un par de sus correligionarios ingresaron al despacho del Benavente. Las cosas terminaron peor de lo esperado.

Las imágenes de seguridad muestran que Delia Condo salió caminando de la oficina del gobernador Benavente y luego de dar unos pasos, se sentó en una silla de ruedas y fue llevada de emergencia a una clínica por sufrir una descompensación. La entonces vicegobernadora denunció ante la fiscalía haber sido maltratada psicoló­gicamente por Benavente, quien días después, explicó que él había sido pre­sionado para designar acciopopulistas en las gerencias y que al negar con autoridad su decisión, se habría ‘ar­mado un escena’ para perjudicarlo. La denuncia contra Benavente se archivó pero la relación con su vicegoberna­dora fue insoportable, para ambos.

APETITO DE PODER DE LOAIZA

Las palabras de Loaiza Livano dan cuenta de una clara exigencia. Quie­re designar y sacar funcionarios y cree que esta delegación de poder es una obligación del titular. A pesar que es abogada y que ha leído la ley sobre los alcances y atribuciones de los vi­cegobernadores, espera que su lamen­to tenga alguna repercusión positiva (para ella). “Lamentablemente, es una tristeza reconocer (que los fun­cionarios no me hacen caso), que las encargaturas son de mero documento porque las labores que yo realizo son administrativas y de representación. En ningún momento he participado en la designación de algún funciona­rio, nunca he participado tampoco en la evaluación de alguno de nuestros gerentes que han pasado. Me habré reunido con el gobernador unas cin­co o seis veces, donde he llevado in­quietudes y propuestas de mejora en mérito a algunos funcionarios cues­tionados pero lamentablemente no he sido escuchada. (…) Lamentable­mente, la ley de gobiernos regionales no es clara, simplemente dice que yo asumo funciones de coordinación y de representatividad”, se queja la actual vicegobernadora.

Para cerrar, Noely Loayza termina victimizándose. La estrategia del ma­chismo siempre tiene espacio en nues­tra sociedad ‘progre’. “Yo les invito un día a mi oficina para que vean en qué condiciones se encuentra. He pedido muchas veces el mantenimiento para poder recibir a las autoridades pero no hay respuesta. No sé si (el maltrato) es del ejecutivo (gobernador) o de los funcionarios. Se debe cambiar ese chip machista que hoy tenemos acá”, sen­tencia la vicegobernadora.

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