Alcalde fue casi obligado a recorrer parque Larapa y constató el desastre de su gestión.
El último sábado, a golpe de medio día, el alcalde del distrito de San Jerónimo, Máximo Rimachi, se encontró con la basura que atiborra las calles de su jurisdicción. El burgomaestre llegó para encabezar las actividades de la campaña de vacunación canina, listo para las fotos y palabras bonitas pero un intrépido reportero lo llevó a caminar por los alrededores del parque donde estaba lista la fiesta.
Lo cierto es que, nuestra ciudad del Cusco se encuentra en total abandono y una muestra es lo, encontrado en los diversos distritos de nuestra imperial ciudad, es el caso del distrito de San Jerónimo, el mismo que se encuentra colmado de basura en cada esquina, además de ser, el lugar predilecto para el funcionamiento de los antros de la perdición. Todo un caos y desatención de la actual y anterior gestión municipal.
Como si fuera una gran prioridad municipal, la gestión Rimachi promueve campañas de vacunación canina en algunos sectores del distrito, cuando existen temas urgentes y largamente desatendidos; en esta oportunidad, encontramos al burgomaestre del Distrito León en el parque de la urbanización Larapa, en la ceremonia para la campaña de vacunación canina, de suma importancia para Rimachi y sus funcionarios que estaban muy bien ataviados para la foto.
Sin embargo, las necesidades de este distrito van más allá de la simple presencia y registros de fotografías en actos populosos, los problemas y necesidades son tan grandes como el abandono en el que se encuentra realmente este distrito. La basura que se va acumulando en cada esquina de calles y parques. Generan un ambiente realmente fétido, maloliente e irrespirable. Además, los antros de la perdición hacen que San Jerónimo no tenga autoridad municipal o quizá, la responsabilidad de uno de los distritos más pujantes del Cusco le cayó demasiado grande al profesor MÁXIMO RIMACHI.
Un canino por vacunar nos condujo hasta las bolsas de basura que abundan por los alrededores del parque Larapa, donde la evidencia de suciedad era irrefutable, lo cual quedó constatado por con el mismo alcalde de San Jerónimo , quien aceptó realizar un corto recorrido a través de esta plazoleta; pero como era de esperar, se negaba a aceptar su responsabilidad y pretendió lavarse las manos, indicando que los vecinos de esta zona no colaboraban con la limpieza pública, menos aún con el cuidado de este parque.
Quizá simulando un resfrío con nariz tupida o tal vez, por estar muy acostumbrado, el alcalde Rimachi manifestó no sentir ningún mal olor en dicha plazoleta, donde jardines, esquinas, áreas verdes y pasadizos se encontraban con muestras de desperdicios y caca de perro, basureros totalmente rebasados de desperdicios. Las piletas de este espacio, que deberían servir como muestra de limpieza y frescura, se encuentran totalmente abandonados, con vidrios de una botella de alcohol, basura, agua empozada. El moho verdoso y maloliente ha ganado todos los espacios del de las inoperativas fuentes.
Ante esta vergüenza que constató el mismo alcalde Rimachi quien al parecer no camina por su distrito, no le quedó más que aceptar y comprometerse a hacer algo al respecto, algo que deberemos esperar o llegar hasta la apuesta para ver si la autoridad de San Jerónimo, hace algo por este y otros sectores del distrito León.