Discurso de la presidenta no cumplió las expectativas.
El mensaje de Dina Boluarte del 28 de julio en el marco de las Fiestas Patrias dejó un sabor agridulce en la región de Cusco, ya que las expectativas de la población no fueron cumplidas. Los ciudadanos esperaban que se anunciaran proyectos u obras a favor de la región, pero lamentablemente no se hizo ninguna mención al respecto.
Entre los proyectos ejecutados por el Gobierno Nacional en Cusco, como el aeropuerto de Chinchero, el hospital Antonio Lorena, Quillabamba y el hospital de Machupicchu, tampoco se mencionaron en el discurso presidencial, lo que generó descontento y decepción entre la población.
El gobernador Werner Salcedo expresó previamente su esperanza de que la presidenta dedicara una atención especial al Cusco en su discurso, tocando temas relevantes como la recuperación de Machupicchu y la masificación del gas, pero estas temáticas quedaron ausentes en el mensaje. Diversos sectores, como la FDTC y Construcción Civil, habían mostrado su rechazo al mensaje presidencial, anticipando que no esperaban nada concreto y considerando que la falta de legitimidad de la presidenta ameritaba su renuncia.
El descontento con el mensaje de Dina Boluarte se reflejó en las movilizaciones que se llevaron a cabo en Cusco el mismo 28 de julio, especialmente en las provincias de Chumbivilcas, Canas, Espinar, Canchis y Cusco, donde la población expresó su descontento y frustración.
Dentro de lo poco destacable en el discurso de la presidenta, se encuentra el perdón ofrecido a los deudos por las muertes ocurridas durante las movilizaciones. Sin embargo, esto no fue suficiente para satisfacer las expectativas de la población cusqueña.
Se mencionó vagamente la construcción de un aeropuerto en el Vraem en Cusco, así como la implementación de una planta petroquímica en el sur para la producción de fertilizantes y gas natural. No obstante, estos anuncios carecieron de sustento concreto y no se proporcionó una fecha específica para su realización, lo que generó escepticismo y dudas sobre su concreción real.
La falta de menciones y compromisos claros en el mensaje de Dina Boluarte respecto a proyectos y obras específicas para Cusco, así como la ausencia de temas relevantes para la región, profundizó el desencanto y la desilusión entre la población.
La expectativa de un discurso que abordara temas cruciales para la reactivación turística y económica de la región no fue satisfecha, lo que generó preocupación e incertidumbre sobre el futuro de Cusco en el contexto post-pandemia. La desaprobación hacia la presidenta y su mensaje en Cusco aumentó debido a que no se percibió un genuino compromiso con la recuperación de Machupicchu, un ícono de la región y del país, que enfrenta importantes desafíos tras la crisis sanitaria.
La falta de atención y respuestas concretas a las demandas de diversos sectores y provincias en Cusco, expresadas en las movilizaciones del 28 de julio, generó una percepción de desconexión entre el gobierno y la población de la región. El mensaje de Dina Boluarte del 28 de julio en el marco de las Fiestas Patrias dejó una sensación de decepción y descontento en la región de Cusco, al no cumplir con las expectativas de proyectos y obras específicas para la región, ni abordar temas relevantes como la reactivación turística y económica, temas tan transcendentales y que requieren de la atención de las autoridades.