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domingo, octubre 1, 2023
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LO BUENO Y LO MALO DEL 2020

El año 2020 fue muy singular para el mundo, para el país y para nuestra región por la pandemia del corona­virus, pero aun así también hubo al­gunos logros en la región del Cusco.

LO BUENO

A pesar de una coyuntura difícil, algunos proyectos que no se creían que se harían, finalmente se han de­finido como el caso de la Vía Expre­sa. A nivel regional la actual gestión de Jean Paul Benavente ha logrado suscribir el contrato con la empresa china Gezhouba Group Company LTD e iniciaría su ejecución a finales del presente mes, una obra que de­mandará una inversión de 289 mi­llones de soles y, permitirá generar, aproximadamente, 7 000 puestos de trabajo. No olvidemos que esta obra se viene arrastrando desde gestiones del ex gobernador Jorge Acurio don­de se logró el préstamo del Banco Mundial.

Otra labor importante en el pre­sente año es la suscripción del con­venio entre el Gobierno Regional del Cusco, la Municipalidad Pro­vincial de Cusco y la Municipalidad Distrital de San Sebastián para la intervención de la Av. la Cultura. Se prevé que en las próximas semanas se iniciará con la obra.

A nivel provincial, un proyecto de envergadura es el Mejoramien­to de los Colectores Saphy, Av. Sol, Tullumayo y Av. Ejército. La obra contempla la intervención de más de 15 kilómetros de tuberías de des­agüe, que permitirán la recolección de aguas de servidas para liberar las cargas residuales que llegarán direc­tamente a la Planta de Tratamiento. El alcalde provincial Víctor Boluarte también señalo que en el presente año se debe avanzar con el proyecto para la ampliación de la Av. Qollasu­yo, determinar el terreno del futuro relleno sanitario, entre otros.

A PASO LENTO

Otro proyecto que avanza, aun­que a paso lento es el Aeropuerto Internacional de Chinchero. Según el cronograma, el Ministerio de Transportes y Comunicación había señalado que dicho terminal aéreo entraría en funcionamiento a finales del 2024 y ahora se dice que sería en los primeros meses de 2025. Desde el Gobierno Regional del Cusco se ha señalado que iniciarán las con­versaciones con el Gobierno para definir el grado de participación que tendrán en el proyecto al haber in­vertido un monto alto en la compra de los terrenos de Chinchero.

A nivel regional también un gran logro es la inauguración de la esta­ción de gas natural vehicular (GNV), ubicada en el distrito de San Jeróni­mo, una alternativa que permitirá avanzar en el cambio de la matriz energética en la región y abaratar costos en combustible para el sector transporte.

LA DEUDA

La conclusión del Hospital An­tonio Lorena sigue siendo la gran deuda de la gestión regional, pues si bien en el año que pasó se firmó el contrato de estado a estado para la culminación del nosocomio, sin embargo, aún no se tiene un crono­grama claro para el reinicio de tan importante proyecto para la región. De iniciarse en el presente año sería un avance importante.

Otro proyecto, aunque depende mucho más del gobierno central, es el Gasoducto Sur Peruano. Lamen­tablemente la pandemia ha hecho que las autoridades se distraigan y no se presione al gobierno, pero tam­bién la coyuntura política no ayudó en ese sentido. Por el momento no hay fecha de reinicio de tan impor­tante proyecto que ayudará traer gas desde Camisea a Cusco y a otras re­giones.

LO MALO

Definitivamente la baja ejecución presupuestal de las autoridades ha sido una constante a lo largo del año, aunque muchos alegan que ha sido producto de la pandemia del coro­navirus. Muchos apenas superaron el 70 %. Esperemos que en el presente año haya una mejor ejecución, pues las necesidades son muchas.

También lo malo en el presente año han sido los hechos de corrup­ción que se presentaron en las ges­tiones, que incluso terminaron con prisiones preventivas como el caso del ex alcalde de la provincia de Canchis, Jorge Quispe o la inter­vención a varios galenos que durante pandemia del coronavirus seguían laborando en clínicas cuando habían pedido licencias con goce de haber por ser población vulnerable por el Covid-19, entre otros.

De la misma manera están las di­versas observaciones que ha hecho la Contraloría General de la República en las diversas gestiones, situaciones que hacen pensar que los actos de presunta corrupción continúan en la administración pública.

PARA EL OLVIDO

La actuación de nuestros congre­sistas de la república ha sido para el olvido en el año que pasó, con algu­nas excepciones. Ni bien llegaron al poder, de inmediato saltó el escánda­lo del vuelo humanitario donde los congresistas Rubén Pantoja, Matilde Fernández y Juan de Dios Huamán aprovecharon para traer a sus fami­liares de Lima a Cusco, cuando este vuelo era para las personas de esca­sos recursos económicos que habían quedado varados por la pandemia del coronavirus; lo peor es que la Co­misión de Ética sugiere que apenas se les llame la atención. Al parecer otorongo no come otorongo.

EL FRESCO

Una de las autoridades que llamó la atención por su frescura fue el al­calde de San Jerónimo, Albert Are­nas, para quien un ciudadano pidió su vacancia por haber contratado a su ahijado de matrimonio y al padre de este último en la comuna jeroni­miana. Si bien se esperaba una acla­ración del alcalde al respecto, este se molestó con los medios y dijo que contratará a más ahijados en la mu­nicipalidad debido a que la ley no lo impide. Parece que pesa poco la me­ritocracia en dicha municipalidad y para trabajar hay que ser ahijado de la autoridad.

LOS QUE NOS DEJARON

El año que se fue también dejó muchas heridas en las familias por las personas que perdieron la vida a consecuencia del coronavirus o cau­sas naturales, como el caso de Víctor Abel del Castillo, el alcalde provin­cial Ricardo Valderrama, el antro­pólogo Jorge Flores, los periodistas Masias Chile, Julio Ttito, entre otros.

NO HACEMOS CASO

Un hecho cuestionable también ha sido el comportamiento irresponsa­ble de una parte de la ciudadanía que no respeto la cuarentena que impuso el Gobierno para evitar el contagio del coronavirus. Las intervenciones de la policía fueron constantes a di­versos locales, donde la gente toma­ba y se aglomeraba. Está claro que los contagios se dieron con mayor rapidez en estos espacios.

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