¿BLINDAJE EN EL CONSEJO REGIONAL DEL CUSCO?

Se suspendió convocatoria a gerentes por las protestas.

El pasado 19 de julio, una sesión cru­cial del Consejo Regional del Cusco fue cancelada de forma inesperada, generando sospechas de todo calibre. En esta sesión, se había convocado a importantes figuras de la entidad regional como el gerente general del Gore Cusco, el gerente de Transportes y Comunicaciones, y los directores de Plan Copesco e IMA Cusco, y otros. Para que den cuentas sobre el rosario de cuestionamientos de la gestión del gobernador Werner Salcedo como el mínimo avance presupuestal, los pro­blemas en la ejecución de obras y otros.

Sin embargo, la cancelación de la con­vocatoria se produjo debido al extraño pedido de tres consejeros, quienes ar­gumentaron que las manifestaciones sociales que se realizaban ese día en el país podrían afectar la seguridad de la sesión. Lo sorprendente es que dicho asidero carecía de sustento, de­bido a que las protestas fueron com­pletamente pacíficas en la ciudad del Cusco, además que las mismas ini­ciaron con contundencia, recién en horas de la tarde. También se tiene que enfatizar que ninguna otra ins­titución pública suspendió sus activi­dades debido a estas movilizaciones. Sin embargo, este no es el primer epi­sodio en el que una sesión importante del Consejo Regional del Cusco es cancelada de manera inusual. En el pasado, cuando se citó al ex director de Plan Copesco, Jean Pérez, para que explicara la realización de una fiesta clandestina en el local insti­tucional, los consejeros prefirieron no asistir a la sesión, lo que impidió la reunión, la cual nunca tuvo fecha definida de reprogramación, pese al escándalo que en ese momento ge­neró el hecho. Este repetitivo com­portamiento de los consejeros levanta serias sospechas sobre la verdadera intención detrás de las cancelaciones, ya que parecen evitar situaciones in­cómodas que podrían revelar proble­mas de gestión y malas decisiones.

Además de la curiosa serie de cance­laciones, llama la atención la extraña posición de los consejeros involu­crados en esta ocasión. Ello debido a que el presidente del Consejo Re­gional, Italo Tarco, es miembro del mismo partido político que el go­bernador Werner Salcedo, lo que puede generar dudas sobre la inde­pendencia y transparencia del Con­sejo en sus funciones de fiscalización.

La falta de asistencia a sesiones im­portantes y la cancelación de reunio­nes cruciales ponen en entredicho la responsabilidad y compromiso de los consejeros con sus funciones y con los ciudadanos que representan. Estas ac­ciones también pueden interpretarse como una falta de interés en abordar temas críticos que afectan directa­mente a la población cusqueña, como la inversión en infraestructura y el desarrollo de proyectos que mejoren la calidad de vida de los habitantes.

Mientras los consejeros regiona­les mantienen estos juegos de poder con los funcionarios de confianza del Gobierno Regional del Cusco, los problemas se agudizan. Como en la capacidad de gasto presupues­tal del Gore el cual se mantiene con indicadores mínimos, el cual se intenta justificar por los funciona­rios pero con explicaciones risibles.

La demora en las obras ejecutadas por el Gore Cusco es otro talón de Aqui­les de la gestión, ello debido a proble­mas en la unidad de Abastecimiento, que estaría retrasando la compra de los materiales de construcción para diferentes proyectos y obras. Un claro ejemplo de estos inconvenientes es el proyecto de remodelación del conse­jo regional que debía ser entregado en julio, pero que se ha pospuesto su entrega, por el déficit de materiales.

La ciudadanía exige transparencia y rendición de cuentas a sus represen­tantes, especialmente en momentos en que la región enfrenta desafíos significativos. La cancelación de esta sesión privó a los ciudadanos en ge­neral de la oportunidad de obtener respuestas claras sobre las deficien­cias en la gestión pública y las accio­nes tomadas por el gobierno regional.

Es necesario que se investigue esta sospechosa cancelación y se aseguren de que las acciones de los consejeros se ajusten a principios éticos y democráti­cos. Los ciudadanos tienen el derecho de conocer la verdad y de confiar en que sus representantes trabajan en be­neficio de la comunidad y no para pro­teger intereses personales o políticos.

En conclusión, la cancelación de la sesión del pasado 19 de julio, en la que se iba a abordar temas cruciales para la región, levanta sospechas sobre la transparencia y compromiso de los consejeros. La reiterada falta a sesio­nes importantes y la falta de explica­ciones plantean interrogantes que aún no son respondidas.

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