MINEROS DE CHUMBIVILCAS SE RESISTEN A LA FORMALIDAD

Buscan que se reconozca la práctica de minería tradicional.

No son mineros artesanales, pero quieren ser reconocidos así por la Ley para la Formalización de la Peque­ña Escala y Minería Artesanal (Ley MAPE) que se trabaja en el Con­greso. La mayoría de las personas o empresas dedicadas a buscar oro y cobre son informales e ilegales. Casi todos están organizados en la Con­federación Nacional de Pequeña Mi­nería y Minería Artesanal del Perú (Confemin) y la Federación Nacional de Pequeños Productores Mineros y Mineros Artesanales del Perú (Fena­marpe).

CHUMBIVILCAS. Se conoció que, en la provincia de Chumbivilcas, se acentuó esta actividad, son infor­males y hay algunos ilegales porque trabajan en pequeños ríos. No usan herramientas artesanales como antes, ahora los mineros utilizan compre­soras, excavadoras, retroexcavadores, tractores, cargadores frontales, etc.

La presencia de este grupo de mi­neros en esta provincia es importante. Tanto que la Asociación de Mineros Artesanales de Chumbivilcas tiene un programa en una radio local. En ella defienden sus actividades y no recono­cen que son informales, pese a que has­ta agosto del año pasado ninguna acti­vidad minera en Chumbivilcas se había formalizado en el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo).

Esta asociación se ha sumado a los pedidos de los mineros informa­les —e ilegales— no están satisfechos con la ampliación, por seis meses, lo­grada el año pasado, del plazo de for­malización en el Reinfo. Buscan que la Comisión de Energía y Minas del Congreso recoja sus propuestas, en audiencias públicas, y las incluya en el dictamen del proyecto de Ley para la Formalización de la Pequeña Escala y Minería Artesanal (Ley MAPE), impulsado por el Ejecutivo y que de­bería reemplazar al Reinfo.

SE RESISTEN. Se resisten e impedirían el proceso de formaliza­ción. En la II Audiencia Descentrali­zada de la Comisión realizada en Ica a inicios de marzo, el presidente de la Federación Nacional de Pequeños Productores Mineros y Mineros Ar­tesanales del Perú (Fenamarpe), Cel­so Cajachagua, dijo que si la ley no se discute con el pueblo saldrá mal. “Nosotros queremos aportar pro­puestas que hemos trabajado y espe­ramos un avance”.

El primer planteamiento es que el proceso de formalización sea perma­nente, como cualquier otra actividad económica. “Hasta el día de hoy, la formalización ha tenido plazos: dos años, tres años; ahora, por último, nos han dado seis meses. ¿Por qué nos ponen plazos? ¿Por qué no puede ser permanente, como cualquier otra ac­tividad?”, cuestionó Palomino.

Refirió también que el gobierno debería permitir esa actividad como cuando alguien decide abrir una far­macia: tramita la licencia en la muni­cipalidad y empieza a funcionar. “De igual forma debe ser la actividad mi­nera. Ese es un planteamiento de la Confemin Perú”, señaló el dirigente minero.

Un segundo objetivo es que la Ley MAPE reconozca la práctica de la minería ancestral o tradicional y disponga medidas para su preserva­ción. Palomino refirió que la mayoría de los mineros pertenece a esta cate­goría y reconoció, al mismo tiempo, que ninguno ha iniciado el proceso de formalización. “Queremos que se reconozca esa minería ancestral y tra­dicional”.

En concreto, quieren que la ley incluya políticas públicas para pre­servar y mejorar las condiciones de vida de los mineros ancestrales o tra­dicionales. Esto obligaría al Estado, por ejemplo, a entregar a un minero el título habilitante de minero ances­tral, con derecho de exploración y ex­plotación, sin ningún compromiso de formalización ni obligación de cum­plir las normas que regulan el sector, según el abogado Natale Amprimo.

Amprimo advirtió que esto, en vez de contribuir a la formalización y sostenibilidad de la actividad minera, promovería una norma que eventual­mente sería usada para encubrir acti­vidades informales e ilegales en zonas prohibidas, como las áreas naturales protegidas.

Además, el tercer objetivo de este grupo es que la Ley MAPE considere la entrega de derechos de servidum­bre. Según Palomino, si un minero no llega a un acuerdo con el conce­sionario donde hay reservas mineras, podrá solicitar al Gobierno Regional o al Ministerio de Energía y Minas el derecho de servidumbre de explo­tación sobre “esa labor que está desa­rrollando”.

“Actualmente hay acaparamiento de extensas hectáreas en concesiones que no se trabajan durante 20 o 30 años. Por lo tanto, eso se calificaría como concesiones inactivas en cinco años; deberían ser revertidas al Esta­do y concesionadas a aquellos mine­ros que trabajan en esas áreas”, expli­có Palomino.