Notice: La función _load_textdomain_just_in_time ha sido llamada de forma incorrecta. La carga de la traducción para el dominio pixwell se activó demasiado pronto. Esto suele ser un indicador de que algún código del plugin o tema se ejecuta demasiado pronto. Las traducciones deberían cargarse en la acción init o más tarde. Por favor, ve depuración en WordPress para más información. (Este mensaje fue añadido en la versión 6.7.0). in /home/knjwdiym/public_html/wp-includes/functions.php on line 6121
LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD PARA EL CUSCO | Qosqo Times

LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD PARA EL CUSCO

El gobierno propondrá el sistema virtual y la construcción de un nuevo gasoducto con menores dimensiones que el abandonado por Odebrecht.

Esta semana será decisiva para el Cusco. Las autoridades nacionales y regionales se reunirán para consen­suar las propuestas sobre el futuro en la masificación del gas natural. Las organizaciones sindicales como la Fe­deración Departamental de Trabaja­dores del Cusco (FDTC) y los pobla­dores de La Convención exigen: dejar sin efecto el proyecto del Gasoducto Costero que pasa por Ica, Arequipa y Moquegua, además de concluir el Gasoducto Sur Peruano, obra que está paralizada desde el 2017 y que se quedó con un avance del 37 %. Por su parte, el gobierno central ha informado que en este momento, es inviable retomar la obra que abando­nó el consorcio que integraba Ode­brecht, Enagas y Graña y Montero debido al alto costo de este ducto de 32 pulgadas y 940 kilómetros, pues se necesitan más de US$ 4 mil millones para terminar de instalar la tubería que tiene un trazó por Cusco, Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna. Según un grueso de la población cusqueña y las autoridades, el gasoducto impul­sará la industrialización en esta parte del país.

Para que Cusco deje de oponerse al Gasoducto Costero, la gestión que encabeza la presidenta Dina Boluarte propone acelerar la masificación del gas en la región imperial mediante el sistema virtual (abastecimiento me­diante camiones cisternas) y también la construcción de un nuevo gasoduc­to de menor diámetro y extensión, pero con suficiente capacidad de abas­tecer la demanda cusqueña. Según fuentes del Ministerio de Energía y Minas, el nuevo ducto de 14 pulgadas tendría 340 kilómetros de extensión hasta el Cusco; partiría del Kp 89 de TGP; antes pasaría por Quillabamba y Anta. Este tubo podría transpor­tar 70 mmmpcd (millones de pies cúbicos por día) y costaría US$ 800 millones de dólares. Se espera que la comunidad cusqueña acepte estas nuevas propuestas en la reunión que sostendrán con los ministros y técni­cos del gobierno central.

La propuesta de construir este ducto más pequeño para transpor­tar el gas de Camisea, hasta la ciu­dad de Cusco, podría ser la última oportunidad para esta región, pues el Gasoducto Costero propuesto por la empresa Transportadora de Gas del Perú no genera ningún gasto para el Estado Peruano, debido a que los US$ 2,000 millones serán desembol­sados, íntegramente por la transna­cional. La ejecución de esta obra, deja sin ninguna posibilidad para la con­clusión del Gasoducto Sur Peruano.

La población cusqueña esta con­fundida, en su mayoría, creen que la única manera que los hogares cuen­ten con gas natural para cocinar, bañarse y calentarse (calefacción) al costo de 25 soles mensuales, es me­diante la construcción del gasoducto que dejó Odebrecht. Son incrédulos cuando se les explica que el gas na­tural también puede llegar mediante camiones cisternas, sistema conocido como gas virtual. Por esta razón, apo­yan una paralización en defensa de la obra. Sin embargo, mientras que la llegada del gas natural a los hogares cusqueños demora, en cada casa con­tinúan pagando hasta 110 soles por los dos balones de gas que consumen mensualmente, solo para cocinar.

Los mismos dirigentes que sabo­tearon la explotación del gas natural en 1985, cuando la empresa She­ll estaba dispuesta a construir una planta petroquímica y un gasoducto que lleve el gas a todo el sur peruano, ahora también se oponen al sistema virtual para masificar el gas en Cus­co. Además, estos mismos dirigentes y autoridades del Cusco y La Con­vención, quienes en su mayoría son de izquierda, también sabotearon la construcción del propio Gasoduc­to Sur Peruano cuando el año 2012, apoyaron la modificación de esta obra por la gestión de Ollanta Humala, quien avaló el incremento en el va­lor de la obra, la misma que costaba US$ 1,700 millones (en el gobierno de Alan García) y que pasó a costar US$ 7,330 millones con el esposo de Nadine Heredia.

En los últimos 20 años, el Gobier­no Regional de Cusco, la universidad nacional y las municipalidades distri­tales y provinciales del departamento recibieron más de S/ 20 mil millones gracias al canon gasífero por la ex­plotación del gas natural. Además, el gas ha permitido la generación de electricidad más barata para todos los peruanos, generando un ahorro de 30 % en nuestros recibos de luz. Por ende, los peruanos y en espacial los cusqueños, sí se han beneficiado con la explotación del gas natural, lo que no han disfrutado es contar con esta energía barata en sus hogares.

Por esta razón, ahora se espera que la historia no se repita y que no exista oposición, pues además, la ma­sificación del gas mediante el sistema virtual, no se contrapone a la poste­rior construcción de un gasoducto (pequeño o grande). Ambos proyec­tos son complementarios.