Somos un consorcio con responsabilidad social empresarial
Los tiempos no son los mejores; sin embargo esta pandemia sitúa a Consettur Machupicchu SAC en sus 26 años de labor empresarial en un nuevo escenario, como es la búsqueda permanente del bien común en el distrito de Machupicchu y en la región.
El Covid 19 cambio todo el escenario y se tuvo que paralizar las labores al interior del Santuario Historico de Machupicchu .Pese a estas circunstancias nos mantenemos firmes con el sello empresarial de unidad, identidad y fortaleza y a través de estas líneas enviamos el saludo fraterno a los más de 1500 socios y asociados, a sus familiares, a los señores trabajadores y a todos los señores empresarios del consorcio: Wayna Picchu, Pachacutec, Tramusa, Inversiones El Tunqui, Aguas Calientes, Chasqui Corporation, Wiñay Wayna, Aguas Calientes, Inversiones Qorimayo y Kaypacha.
Es conocido que el actual panorama del coronavirus está dejando más quiebras empresariales, pérdidas humanas de gente emprendedora empresarial y la crisis es más profunda en el transporte turístico.
Los fondos de nuestro capital privado están destinados para la reactivación de nuestra empresa y también una buena parte en objetivos humanitarios del que pregonamos permanentemente y con mucha solvencia moral, por ser una de las empresas cusqueñas que responde sostenidamente al llamado de las necesidades más urgentes de Machupicchu Pueblo para su planta de oxígeno y necesidades de sus comunidades, o como en el Arzobispado del Cusco y de la iglesia en Urubamba, y Ollantaytambo para sus campañas de adquisición de botellas de oxígeno, o como hace buen tiempo atrás en el traslado de personas varadas en Lima con destino al Cusco; de Santa Teresa La Convención, Pisaq, Calca y otros que padecieron momentos complicados.
Como parte de esta empresa estamos honrados de servir al prójimo porque Dios es nuestro único aliado y los apus tutelares nuestros guías permanentes en la labor de responsabilidad social empresarial.
Esperamos que esta crisis nos enseñe a trabajar con más humanidad y reinventarnos de cara al futuro. Debemos ser los ciudadanos adaptados a la vida que siempre debimos tener, con armonía, paz social, hermandad y solidaridad.
Cumplimos 26 años como consorcio, por ahora en condiciones desfavorables en crecimiento y desarrollo pero con la firme esperanza de tener nuevas oportunidades con la bendición divina.