“PATRULLA RAYA”: VIOLADORES Y ASESINOS

Uno de sus integrantes fue capturado en Cusco.

Casi 10 años luego de haber sido condenado a prisión por la Sala Pe­nal Nacional de la Corte Suprema, finalmente se logró capturar en Cusco a José Santiago Pérez Quispe, uno de los integrantes de la llamada ‘Patru­lla Raya’, un contingente militar que fue el responsable de la desaparición y posterior muerte de campesinos en Chumbivilcas (región Cusco), ade­más de haber ejercido violencia sexual contra al menos dos mujeres en 1990.

Reportes de la prensa local indican que el exmilitar se había sido contra­tado como transportista en la empre­sa ‘Servosa Transportes’, cuando fue intervenido aproximadamente a las 10:30 horas del pasado miércoles 5 de marzo, por agentes de la Policía Na­cional en la Av. Agustín Gamarra, en la ciudad de Cusco.

Luego de su detención, José Pérez fue trasladado a la Comisaría de Zarzue­la, en el distrito de Santiago; donde se están realizando las diligencias correspondientes. Según el portal de recompensas del Ministerio del Inte­rior, Pérez Quispe (54) tenía una re­quisitoria por desaparición forzada y una recompensa de 35 mil soles por cualquier información que lleve a su captura.

Según la condena ratificada por la Corte Suprema del Perú en junio del 2017, entre los responsables de las desapariciones y las muertes produci­das entre el 19 y 30 de abril del año 1990, durante el primer gobierno del expresidente Alan García, se encon­traban Alan Olivari Medina, ‘Tenien­te Negro’, y Jaime Pando Navarrete, conocido como ‘Capitán Pantera’. Ambos fueron condenados a 17 y 15 años de prisión. Según el Poder Judi­cial, ambos lideraron las matanzas de 12 campesinos cusqueños y la desapa­rición de otros seis en Chumbivilcas.

Entre los integrantes de la llamada “Patrulla Raya” también se encontra­ban, además de José Santiago Pérez Quispe; los soldados identificados como Federico Cahuascanco Pucho, Mario Cruz Porcel, Felipe Monta­ñez Ccama, Beltrán Tapia Carrasco, y Alberto Alviz Medina; todos con­denados a pasar entre 8 y 10 años en prisión.

DINAMITADOS Y BALEADOS

El 19 de abril de 1990, la “Patrulla Raya”, conformada por al menos 20 soldados, entre ellos estaba José San­tiago Pérez Quispe. Este grupo per­tenecía a la Base Contrasubversiva de Antabamba en Apurímac y salió en operativo, durante 11 días, hacia el distrito de Quiñota, de la provincia cusqueña de Chumbivilcas. Durante el trayecto violaron y mataron a los comuneros.

“El día veintiséis de abril de mil nove­cientos noventa, como a las nueve de la mañana, los detenidos fueron obli­gados a formarse en fila. Se separó a Quintín Alférez Cjuro, Telésforo Al­férez Achinquipa, Máximo Huaman­ga Huachaca, Quintín Alferez Rivas y a la menor de ocho años, quienes fueron nuevamente encerrados. Al anciano Balvino Huamaní Medina se le obligó a ingerir licor y se le gol­peó brutalmente, por lo que amaneció muerto. Los restantes diez detenidos: José Eusebio Huamaní Charccahua­na, Julio Huamaní Huisa (detenidos el veintitrés de abril), Julio Apfata Ta­ñire, Eustaquio Apfata Salhua, Jesús Jauja Sullo, Juan Huisa Pacco, Zenón Huisa Pacco, Marcos Sacarías Huisa Llamocca, Gregorio Alférez Triveno (detenidos el veinticuatro de abril) y Marcos Torres Salhua (detenido el veinticinco de abril), fueron conduci­dos al cerro Capulullo, de la localidad, donde fueron ejecutados –primero se les arrojó una granada y, luego, se les disparó ráfagas y se les arrojó a unos huecos naturales donde los taparon con pajas y piedras”, señala parte de la sentencia al momento de relatar los hechos de sangre.

VIOLACIONES EN CHUMBIVILCAS

Las acusaciones contra los ex militares no solo incluían los cargos de desapa­rición forzada y posterior fallecimien­to; sino que también se reportaron casos de violación sexual contra al menos dos mujeres.

“El día veintitrés de abril de mil nove­cientos noventa la patrulla militar in­cursionó en la comunidad de Yurenca – Ccollana, ubicada en el distrito de Quiñota, provincia de Chumbivil­cas, departamento del Cusco, donde detuvieron a José Eusebio Huama­ní Charccahuana, Nicolás Huamaní Llamoca, Julio Huamaní Huisa –hijo del primero, quien luego apareció muerto– y a la agraviada Isabel Leoc­calla Alccahuamán, la misma que fue violada sexualmente. Los detenidos fueron llevados a la casa de Aurelia Huamaní Apfata –hija de José Hua­maní Charccahuana–, la cual tam­bién fue violada sexualmente. Allí se les interrogó, mientras que a Isabel Leoccalla Alccahuamán se la condujo a la cocina, donde fue violada por diez soldados, entre ellos por el imputado Olivari Medina, no sin antes hacerla libar licor. Entre los soldados agreso­res sexuales se encontraban Federico Cahuscanco Pucho, Mario Cruz Por­cela, Felipe Montañez Ccama, Bel­trán Tapia Carrasco, Alberto Alviz Medina y José Santiago Pérez Quispe. La víctima se desmayó como conse­cuencia de la agresión sexual y recupe­ró el conocimiento al día siguiente”, se detalla en la resolución judicial.

Según el documento oficial de la Co­misión de la Verdad y la Reconcilia­ción (CVR), las víctimas fueron ejecu­tadas extrajudicialmente luego de ser torturadas y obligadas a confesar que eran terroristas sin un proceso judicial.