LA MORGUE DEL TERROR EN CUSCO

Contraloría alerta de cadáveres en estado de descomposición, técnicos sin equipos y local en mal estado.

La morgue de la provincia cusqueña, está ubicada en la avenida Antonio Lorena del distrito de Santiago y está a cargo de la Unidad Médico Legal II de Cusco que depende del Ministerio Público; sin embargo, este lugar tiene serias falencias que han sido eviden­ciadas por la Contraloría General de la República, mediante una auditoria de cumplimiento con Nº 012-2023- 2-5522-AC. Desde cadáveres en descomposición por falta de equipa­miento y una inadecuada infraestruc­tura, hasta ineficiencia y demora en la entrega de certificados de necropsia.

La primera observación realizada por Contraloría es que, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (la morgue), viene funcionando en te­rreno que no está saneado. En 1983, la Sociedad de Beneficencia Pública del Cusca, celebró un contrato de cesión de uso con el Ministerio de Justicia del distrito judicial de Cusco por una fracción de 811 metros cuadrados, parte integrante del predio matriz donde se ubica el Hospital Antonio Lorena. Posteriormente, en el año 2013, los terrenos del hospital Lorena fueron transferidos a propiedad del Gobierno Regional de Cusco, inclui­do el área donde funciona la morgue. La concesión de 30 años en favor de la morgue venció el 2013.

“(…) Desde que el Gobierno Regio­nal de Cusco asumió la titularidad del predio (…), el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses-Unidad Médico Legal II Cusco, viene fun­cionando en terreno de propiedad del Gobierno Regional de Cusco, sin ha­berse formalizado su transferencia. La situación expuesta podría incidir en la sostenibilidad y la prestación del ser­vicio por parte de la Unidad Médico Legal II Cusco, al no contar con un terreno otorgado formalmente”, ad­vierte la Contraloría.

CADÁVERES ENTREGADOS

La otra irregularidad hallada por Contraloría es sobre el “destino fi­nal de los especímenes cadavéricos donados y entregados con fines de investigación y estudio por parte del Instituto de Medicina Legal y Cien­cias Forenses” con fines de estudio e investigación a la Universidad San Antonio Abad de Cusco (Unsaac) y a la Universidad Andina de Cusco (UAC). La Unsaac recibió 7 cadáve­res y la UAC otros 2 que no fueron reclamados por sus familiares y que se encontraban en condición de NN (no identificados). Lo irregular de todo esto es que, los encargados de la morgue, nunca exigieron un informe detallado del uso que se le dio a los cadáveres que fueron entregados entre los años 2017 y 2019.

SIN EQUIPOS BÁSICOS

Además, Contraloría evidenció la carencia de equipamiento básico ne­cesario para el cumplimiento de las funciones de los técnicos necropsia­dores de la entidad, afectaría el pro­cedimiento técnico y científico del diagnóstico y consecuentemente su fiabilidad, así como, riesgos en la salud de los técnicos. Asimismo, la balanza para pesar cadáveres, esta malograda e inoperativa hace más de dos años, observándose que sobre la balanza se encuentran cajas con prendas de vestir u otros; además, los necropsia­dores precisan que no se efectuó el mantenimiento de la balanza. Falta una camilla hidráulica elevadora para colocar los cadáveres en la parte alta de las cámaras de refrigeración. “El no contar con alguno de los instrumen­tos básicos necesarios para realizar la necropsia pone en riesgo la salud del personal necropsiador porque conlle­va a riesgos tanto químicos, mecáni­cos, ergonómicos”, indica el informe.

Se evidenció el desgaste de cuchillos y sierras, siendo estos los instrumentos utilizados por los técnicos en los pro­cedimientos de necropsia; así como, la falta de equipamiento siguiente: regla graduada, balanza para pesar cadáve­res, cucharones graduados, pinzas Ke­lly, viscerótomo, cerebrótomo, aspira­dor eléctrico de líquidos y secreciones, aguja gruesa curva, y porta agujas.

CUERPOS EN DESCOMPOSICIÓN

Asimismo, se constató que “el almace­namiento de cadáveres en las cámaras de refrigeración, por más de 36 horas, límite establecido por el Manual de Procedimientos Tanatológicos Fo­renses y Servicios Complementarios; asimismo, el personal necropsiador manifestó que se encuentran almace­nados cadáveres por varios meses en estado de descomposición (con hon­gos), generando agentes contaminan­tes al personal. A pesar que no existen las condiciones para tener los cuerpos en la morgue, los funcionarios se re­sisten a entregarlos a las facultades de medicina que los solicitan para fines de enseñanza e investigación.

El manejo administrativo también es deplorable en la morgue de Cusco, pues hay un total de diez (10) bienes en condición de sobrantes, los cua­les carecen de un código patrimonial para su registro y control (asignación) de los citados bienes conforme lo es­tablece el marco normativo. Por tanto, algunos bienes inventariados de los años 2021 y 2022, carecen del respec­tivo código patrimonial al 5 de junio de 2023, encontrándose en condición de sobrantes. Este manejo de los bie­nes, podría generar el riesgo de su custodia, control y consecuentemente la pérdida de los mismos.

LOCAL INSEGURO

Además, la infraestructura de la Unidad Médico Legal II, incumple con las condiciones de seguridad en edificación establecidas en el Regla­mento Nacional de Edificaciones (RNE), situación que pone en riesgo la integridad física de los trabajadores y usuarios dela entidad. Se observa que la sala de necropsia presenta un deterioro por la humedad de las llu­vias, eflorescencia en muros y cielos rasos, desprendimiento de tarrajeo en muros, acero expuesto a la intemperie en losa de techo. También, se observó un pasadizo cuya dimensión es me­nor de 1,20 metros de ancho y tiene una puerta cuyo sentido de apertura es contrario al sentido de evacuación y otro pasadizo donde se colocó ar­marios que reducen el ancho para la evaluación de las personas a un metro. Las instalaciones eléctricas usan ca­bles tipo mellizo, conductores eléctri­cos a la intemperie y cajas de paso de conductores de energía sin tapas.

DEMORA DE NECROPSIAS

En lo que respecta al servicio al pú­blico, Contraloría detectó retrasos en la integración de los exámenes com­plementarios al momento de emitir el informe final de los protocolos de necropsia, emitidos y suscritos por los médicos legistas de la Unidad Médico Legal II Cusco; cuya integración, se efectuó posterior al plazo de 30 días establecidos en el Manual de Proce­dimientos Tanatológicos Forenses y Servicios Complementarios. Los médicos legistas Evelyn Casafran­ca Monteagudo y Oscar Castañeda Avendaño deberán afrontar un proce­so administrativo.

La Auditoría de Cumplimiento com­prende el período del 1de enero de 2021 al 31 de diciembre de 2022. Todas estas falencias ya fueron infor­madas al propio Ministerio Público para que aplique los correctivos res­pectivos.

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