¡ESTAMOS PERDIENDO LA BATALLA CONTRA LA INSEGURIDAD Y LA DELINCUENCIA!

El caso de Christian Carlos Collana, no debe ser una estadística más

Aún mantenemos la indignación y dolor por la pérdida insulsa de una joven vida, que tenía en sus hombros la esperanza de sus padres, de verlo profesional, que estaba a puertas de culminar sus estudios de Agronomía en la UNSAAC y que sobre todo a sus 22 años recién empezaba a conocer a plenitud de las vicisitudes de la vida. Natural de Quellouno, residía en Cusco por estudios y en las noche era músico que brindaba su arte en los diferentes locales turísticos de la ciudad, en ese ambiente -04 días antes de su muerte- conoció a Jimy Cutipa Noa con quien el fatídico sábado 17 de agosto del 2019 acudió a las 11.00 pm aproximadamente a la discoteca Las Rocas de la Av. Pardo como consta en el registro fílmico de las cámaras de seguridad de dicho local que inexplicablemente se apagaron a partir de la 1.00 am del día domingo. Fue la última vez que se le vio a Christian con vida. El fatal desenlace es de pleno dominio de la opinión pública; 09 días después fue encontrado muerto en la zona de Miravalle por Alto Los Incas, donde sus asesinos dejaron su cuerpo para pretender simular que fue un suicidio. Sus restos se encontraban en avanzado estado de putrefacción lo que da cuenta que tenía aproximadamente 07 días de fallecido, según los resultados de la necropsia practicada al cuerpo, determinaron que la causa de la muerte fue un golpe contundente en la cabeza, es decir a Christian lo asesinaron probablemente en esa discoteca donde esa madrugada se registró una batalla campal entre los asistentes, además que se encontraron restos de sangre en la fachada del local nocturno. Hoy fue este joven universitario, ayer fue el adolescente José Carlos Tupayachi (quien apareció muerto en la quebrada de Saphy luego de acudir a un local del centro histórico), mañana puede ser usted, su hijo, su hermano o algún familiar que sea víctima de la inseguridad ciudadana que de un tiempo a esta parte campea en nuestra ciudad porque de manera descontrolada el centro histórico ha sido invadido por antros de la perdición que expenden bebidas alcohólicas a diestra y siniestra, incluso a menores de edad quienes presos del alcohol en sus cuerpos protagonizan bochornosos incidentes de violencia que van ligados con la delincuencia que cada noche se hace presente en calles como Procuradores, Suecia, Tecsecocha y Tigre, así como en el Puente Belén, Av. Regional, Calle Kuychipunco y Av. Pardo. Las autoridades municipales lejos de gestionar la clausura y cierre definitivo de estos antros, agotó todos sus esfuerzos en intervenir estos locales y realizar clausuras temporales lo cual no represento una solución tangente porque el problema se seguía agudizando más. Con el respeto que se merecen los venezolanos que, si trabajan y se esfuerzan por llevar un pan para sus hogares de forma honrada, existe otro grupo mayoritario que ingresaron al país y luego a Cusco con un simple documento de identidad, a quienes no se les pidió un certificado de antecedentes penales ni judiciales. Son estos sujetos que incrementaron la ola de inseguridad en nuestra ciudad, coincidentemente después de llegada, los índices de criminalidad y de desaparición de personas empezaron a aumentar de forma alarmante, decimos ello porque la policía tiene en la mira al personal de seguridad de la discoteca Las Rocas, que para variar son venezolanos. Urge que las autoridades y la población nos unamos como un solo puño para combatir este flagelo social que está rompiendo la tranquilidad de una ciudad que está a punto de perder la ardua batalla contra la delincuencia e inseguridad, estaremos a la espera de las acciones anunciadas por el alcalde Víctor Boluarte Medina quien junto a la Policía Nacional del Perú prometieron realizar un trabajo conjunto para erradicar definitivamente estos locales. ¡UNIDOS LO PODEMOS TODO!

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