EMBARAZO EN ADOLESCENTES, UNA PREOCUPANTE REALIDAD EN LA REGIÓN

Más del 5% de ellas, han concebido y es una de la principales causas de deserción escolar.

Al cierre de 2024, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnera­bles estimó que el 12.5% de adoles­centes entre 14 y 17 años han estado embarazadas alguna vez, lo que pone en evidencia que la concepción a tan corta edad sigue siendo una de las más preocupantes situaciones que ponen en vulnerabilidad a nuestros menores, quienes a corta edad no pueden necesariamente enfrentar una responsabilidad tan grande llevándo­las a tomar decisiones estremecedoras como abandonar a las criaturas. La semana pasada, nada más, un caso de estos conmocionó a la ciudadanía cuando una bebé de 4 meses fue ha­llada en un basural abandonada por su propia madre una adolescente de tan solo 14 años.

CIFRAS. Pero aún mas alarman­te son las causas y consecuencias de esta maternidad precoz y casi obliga­da en la mayoría de casos. En nues­tra región, por ejemplo, el programa Warmi Ñan reporta que el año pasa­do el 5.24% de mujeres entre 15 a 18 años han concebido por primera vez. Si bien los factores de estos embara­zos obedecen a falta de orientación sexual que lleva a los menores al ini­cio de una vida sexual temprana, pre­ocupa que de estos al menos el 35% sea producto de una agresión sexual.

El caso de la adolescente cusque­ña de 14 años que dejó a su bebé po­dría ser muestra de un caso de abuso que quedo impune en algún momen­to. Según el relato de su madre, el progenitor de la bebita es un adulto que debió ser procesado por involu­crarse con una menor. “De la posta nos enviaron a la comisaria a denun­ciar”, dijo, pero se desconoce mayor acción legal o penal.

El embarazo en adolescentes tiene múltiples consecuencias en el plano emocional, social y económico, pero sobre todo en el plano formati­vo, es una de las primeras razones de deserción escolar. El 28 % de adoles­centes próximas a tener un bebé o que ya lo tienen abandonan sus estudios expuestas a más pobreza y vulnerabi­lidad, en la región.

EMOCIONAL. “Cuando le pregunté a mi hija por qué dejó a la bebita, me dijo que fue solo un ratito por cólera”, contó la madre de la ado­lescente que ocupó la opinión pública la semana pasada. Este breve relato, lejos de llevarnos al juicio social, debe llevarnos a reflexionar respecto al as­pecto emocional que se afecta en los menores que asumen responsabilida­des para las que física, mental y hasta económicamente no están listos.

Para la docente Karola Espejo de la escuela profesional de Psicología de la Universidad Nacional de San Antonio Abad de Cusco, un emba­razo adolescente trae consigo varios procesos psicológicos, el primero la mutilación del proceso natural de maduración. “Está en pleno cierre de personalidad que no se da porque se le suma la responsabilidad de ser madre”, comentó la profesional. “La depresión post parto que es un proce­so frecuente en las mujeres que dan a luz suele ser complicado mucho más para una adolescente que emocional y hasta hormonalmente no alcanzó su madurez por lo que se asocian a conductas depresivas que conllevan en algunos casos a autolesiones, pen­samientos suicidas y hasta formas de atentar contra la criatura”, agregó.

Es por ello que Espejo considera que en esta situación es cuando más sólido se debe mostrar la familia, el colegio, la sociedad y sobre todo el sistema de salud para dar el soporte emocional y en todo caso la ayuda profesional. “La estigmatización de la adolescente madre si viene de alguien que considera importante en su vida, puede ser aún más perjudicial que el cuestionamiento social, por eso hay que ser responsables con la forma en que tratamos y ayudamos a esa me­nor”, concluyó.

ATENCIONES. Las madres adolescentes son consideradas en los programas sociales del Ministerio de la Mujer para garantizarles una aten­ción integral de salud, durante la ges­tación y los primeros años de vida del niño, buscan garantizar que no dejen los estudios y tengan algún tipo de ayuda económica con subvenciones para hacer más llevadera su materni­dad, sin embargo el verdadero resto es disminuir las cifras.