El Qosqo Runa que mató a patadas a un joven limeño
Luiggi Arthur Peralta Mora de 25 años, era conocido en su grupo social como el “Qosqo Runa” que significa “hombre de Cusco”. Era un pionero de la fusión musical urbana con instrumentos andinos y en idioma quechua. Tiene muchos videos en las redes sociales, donde su talento artístico es incuestionable. Sin embargo, todo el futuro que tenía por delante, lo tiro por los suelos, pues mató de la manera más salvaje e inmisericorde a otro joven de 27 años. Lo pateó en la cabeza en reiteradas oportunidades, aprovecho que el limeño estaba ebrio y en total estado de indefensión.
Uno de los videos que circula en redes sociales, donde Luiggi improvisa a ritmo de Hip Hop, defiende la vida, el medio ambiente y cuestiona a los políticos corruptos. Es inexplicable que alguien con esa sensibilidad haya podido cometer tremendo crimen. “Se olvidaron de la esencia humana, solo hay ignorancia y la fragancia que se emana. Ya no hay armonía, solo reina la avaricia, vivimos en un mundo donde hay tanta injusticia, la industria que envenena toda nuestra comida, basta de transgénicos, Monsanto que nos tira. Basta de contaminar la pacha mama, de ser oprimidos, de tener cabeza gacha. Encuéntrate a ti mismo, mira y hallarás la respuesta ya que el ser humano solo busca una propuesta”, dicen las letras que el “Qosqo Runa” cantaba en los buses de transporte público ante el deleite de los viajeros.
Luiggi, ahora es el “rapero asesino”, por haber matado a Carlos Herrera Veramendi. Lo agarró a patadas desde la Plaza de Armas, hasta llegar a la plaza Rimacpampa, donde se subió a una banca para poder patear de manera certera en la cabeza de su víctima, quien murió de un traumatismo encéfalocraneano. Este joven artista tenía varias facetas, pues además de “rapear” en los microbuses en el idioma de nuestros antepasados también era deportista, guía de turismo místico y un joven antisistema, de esos que quieren cambiar el mundo pero que terminan por malograr su destino.
Hernán Aguirre Colpaert, decano del Colegio de Psicólogos de Cusco y Madre de Dios, advierte que la falta de salud mental en nuestra sociedad, cada cierto tiempo generará este tipo de casos en los que una persona se deja controlar por la ira y termina cometiendo un horrendo crimen, todo un peligro para la sociedad. “Este comportamiento muestra una patología. Según lo observado en las imágenes se muestra que es una persona que tiene poca capacidad de control y de administración emocional. Los efectos de algunas sustancias tóxicas, también desencadenan en comportamientos de esta naturaleza. (…) Probablemente, en este caso en particular, el agresor provenga de un entorno donde la normativa, las reglas, las condiciones de interacción Humana no sean claras y donde las personas son irrespetuosas por la norma y existe un intento de imponer sus criterios”, indica el médico.
Dicen que los mejores talentos se forjan en la calle y Luigi peralta, desde los 8 años ya tenía calle. En un video del 2015, ya era conocido por rimar el quechua con el español en tono de Hip Hop. Las imágenes del Gobierno Regional de Cusco, eran el presagio de un futuro prometedor pero que ahora, podría terminar con más de 20 años de prisión por matar de manera salvaje a otro joven, quien también tenía sueños. “La gente dice que nosotros (los raperos) hacemos la maldad, de repente es por falta de información, nosotros tenemos fe en Dios y que esta cultura cusqueña nunca se muera. (…) Los problemas que paso, los escribo, creo mis canciones y me desahogo de las penas que tengo. También doy alegría a la gente”, señalaba un joven “Qosqo Runa” de 16 años, quien aún se vestía con ropa moderna y tenía el cabello corto.
En los últimos años, Luigi adquirió su estilo propio, ese estilo que lo hizo conocido en la plaza de armas, donde se confundía entre los “bricheros” y guías místicos, y que lo terminó de sepultar. Cabello largo, chullo sobre la cabeza y sus indumentarias con motivos andinos lo habían convertido en el “Qosqo Runa”, quien tiene varios videos con ese nombre andino, nombre artístico que ahora es su alias, en las páginas policías. El “Qosqo Runa” tenía un mensaje políticamente correcto, aquel que defiende el medio ambiente o que ensalza a la mujer, como lo escuchamos en algunas rimas, sobre las ruedas de algún bus de transporte público del cusco. “Representó a la mujer trabajadora, obrera, costurera, ama de casa, luchadora; representó a la warmi trabajadora, obrera, cocinera, artesana, cobradora…”, improvisaba al compás de un cajón peruano junto con su enamorada.
Sin embargo, Luiggi años atrás casi mató a su entonces pareja, quien al enterarse del crimen del “Qosqo Runa”, se animó a contar el martirio que vivió con este falso “hombre de Cusco”, pues los cusqueños no se identifican con este asesino. “Esta persona fue mi primer enamorado y llegamos a convivir en cusco, yo nunca quise hacer esto público, pero el men es un agresor, sabe artes marciales y de ebrio siempre era agresivo, a mí me hizo varias y sus padres siempre lo defendieron y me trataron mal, cuando me puso grave nunca me dejaron ir a un hospital y al regresarme a lima con sus contactos en el poder judicial de Cusco me llegaron a meter arrestada en RQ de lima por una contra denuncia, el merece la cárcel y meditar bien sus acciones y ojalá sus padres puedan darse cuenta del monstro de hijo que tenían y defendían, si hubieran hecho algo cuando vieron que era capaz de agredir a una mujer la historia fuera otra pero el tiempo pone las cosas en su lugar, después de tantos años de trauma que me causo espero que pague todo lo que hizo. Y ahora es un asesino!”, señala la mujer por las redes sociales.
Luigui, el “Qosqo Runa”, también era político, no el de convencional de cuello y corbata, sino, aquel que en sus rimas mostraba su postura anarquista, antisistema y que rechazaba la corrupción. Quienes lo han visto en las últimas movilizaciones, ahora se sorprenden al ver las imágenes de terror, matando a patadas a otra persona. Nuevamente, la salud mental de la población está siendo cuestionada, pues un joven con tanto talento mató a otro que también tenía objetivos. Es momento que las autoridades fortalezcan la atención de la población para evitar este tipo de episodios de terror. “Si ha habido antecedentes de violencia de esta persona y no han tenido las herramientas médicas y psicológicas para poner fin a este tipo de comportamientos, estamos validando esta conducta y aceptando socialmente y podría terminar como estamos viendo”, advierte el psicólogo, quien exige al Estado, un mayor esfuerzo para que la población sea atendida psicológicamente.
Lamentablemente, este falso “Qosqo Runa” es muy parecido a muchos que tienen los mismos impulsos violentos, esos arrebatos que desencadenan de un momento a otro con el combustible del alcohol y las drogas. Luiggi ahora deberá meditar lo que hizo y componer nuevas rimas para su vida, esa que antes gozaba de la libertad.
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