En horario de trabajo, oficina de la Gerencia de Trabajo y Promoción del Empleo de Cusco, convertida en salón de eventos.
Los escándalos parecen no soltar la gestión del gobernador regional del Cusco Werner Salcedo, ya que una nueva historia ha encendido las llamas dentro del Gobierno Regional. Lo que empezó como una publicación inofensiva en redes sociales… terminaría desatando un presunto delito de peculado de uso.
El protagonista: César Augusto Rodríguez Gómez, un funcionario público que ocupa el cargo de encargado del área de patrocinio jurídico dentro de la Gerencia Regional de Trabajo y Promoción del Empleo. El escenario: uno de los ambientes oficiales de esta institución. El hecho: la celebración de su propio cumpleaños, en horario laboral y en plena sede institucional.
En el video publicado por el mismo funcionario en su cuenta personal en las redes sociales que por cierto ya fue eliminado, cuenta incluida. Ni qué decir del video que fue eliminado también. Allí se observaba claramente una escena de alegría, un ambiente decorado, aplausos, el cumpleañero sonriente y luces por doquier. Esa celebración inocente, se ha convertido en prueba clave de un presunto peculado de uso.
Y esto debido a que no se trata de una reunión fuera del horario laboral. No es un espacio privado alquilado. Es un ambiente oficial. Y lo más grave: con los recursos logísticos, el tiempo del personal y las instalaciones. Todo fue utilizado para una celebración privada.
Todo habría ocurrido mientras el titular de la gerencia no se encontraba en su despacho. Se sospecha que los trabajadores habrían aprovechado esa ausencia para organizar la reunión, lo que deja en evidencia un nivel de permisividad institucional alarmante.
Tras la filtración del video y su posterior eliminación, las alarmas se encendieron. Se activaron los protocolos internos. Como corresponde, se han iniciado las investigaciones para determinar las responsabilidades y, de ser necesario, aplicar sanciones conforme al reglamento administrativo, el mismo discurso de siempre en esta actual gestión regional.
Lo que debía ser una jornada de trabajo común, se transformó en una celebración fuera de lugar, fuera de norma, y fuera de toda lógica ética por más inocente que pareciera.
Pero esta historia no acaba aquí. La difusión del video ha desatado más preguntas: ¿cuántas veces ha ocurrido algo similar? ¿Cuántos ambientes del Estado son usados sin control para fines privados? ¿Quiénes sabían y callaron? Y es que este no es solo el cumpleaños de un funcionario. Es, quizás, la muestra de un sistema donde lo público se convierte en privado… a vista y paciencia de todos.
Una celebración grabada. Un funcionario expuesto. Y una institución, una vez más, puesta en entredicho. La fiesta terminó… pero ahora, viene la rendición de cuentas, porque una oficina no es un salón de eventos, menos en horario de trabajo.