Consettur denuncia ataque y cese de operaciones, ‘plan de contingencia’ se activa, pero ya anuncian cancelación de reservas.
La improvisación en la gestión del transporte a Machupicchu ha escalado en una crisis que enfrenta a comunidades y deja en vilo al turismo internacional. La incertidumbre generada por el alcalde de la municipalidad de Urubamba, Ronald Vera, responsable de dar la buena pro a la empresa San Antonio de Torontoy por 19 millones de soles en plena madrugada del 5 de septiembre, expone un procedimiento marcado por la falta de transparencia.
El contrato Consettur venció, pero hasta la fecha no existe un plan de contingencia socializado ni autorizado por el SERNANP para reemplazar a Consettur en la ruta Hiram Bingham. Sin ese marco técnico — venta de boletos, abastecimiento de combustible, embarcaderos y logística operativa—, la promesa de una transición ordenada se derrumba, alimentando la desconfianza y el enfrentamiento de las de las organizaciones locales de Machupicchu y Urubamba.
Mientras tanto, Consettur aprovecha el vacío. Invoca el silencio administrativo positivo para seguir operando y garantizar el traslado de turistas, en medio de un clima de expectativa y tensión.La disputa ya no es solo legal o administrativa, sino que ha encendido la mecha de la confrontación social, pueblo contra pueblo.
La figura de Vera, que en lugar de articular aparece como un azuzador, Lo que se prometía como un cambio de operador terminó en un laberinto de improvisación, violencia y riesgo para la joya turística del país.
CAOS E IMPROVISACIÓN. Mientras tanto, el municipio anunció que la empresa Inversión Señor de Torontoy y asociados se hará cargo del servicio durante cuatro meses, bajo un proceso “no competitivo”. Pero hasta ahora, lo único cierto es la incertidumbre.
DENUNCIAN ATENTADO. A las críticas al “plan de contingencia” del municipio, que califican de improvisado y conflictivo, desde Consettur denunciaron el fin de semana que pasó, un atentado contra uno de sus buses en el Puente Ruinas. Un objeto contundente que dañó la luna de uno de sus buses de transporte.
Ante ese suceso, rechazaron el hecho de violencia y anunciaron la suspensión de sus operaciones desde el 7 de setiembre, aseguran ‘para proteger a turistas y trabajadores’. De esa manera, la crisis se agudiza más en el servicio al visitante.
BOMBA ECONÓMICA EN CAMINO. El presidente de la Cámara de Comercio de Cusco, Fernando Santoyo, lanzó una alerta que suena a sentencia: “Toda esta improvisación hará que los visitantes ya no quieran venir a Machupicchu. Para el 2026 podríamos tener hasta un 15 % menos de reservas, lo que significa perder casi 300 millones de dólares”.
La “maravilla mundial” hoy es escenario de un pulso de poder, donde la política, los negocios y la legalidad chocan de frente, mientras el turismo –motor económico del Cusco y del país– queda a merced del caos. Solo queda esperar a lo que suceda en los días que vienen.